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LITURGIA DE  LAS HORAS EN  SOLEMNIDADES

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Contiene el oficio propio para los tiempo Pascual extraído de la EDICIÓN TÍPICA DEL OFICIO DIVINO aprobada por la Conferencia Episcopal Española y confirmada por la Sagrada Congregación para los Sacramentos y el Culto Divino.

El cántico de alabanza que resuena eternamente en las moradas celestiales y que Jesucristo, sumo Sacerdote, introdujo en este destierro ha sido continuado fiel y constantemente por la Iglesia situando a Dios como centro de nuestra vida durante todas las horas del día -Liturgia de las horas- y todos los días del año -Lectio Divina-

Oraciones

Liturgia de las Horas

Lectio Divina

Devocionario

Adoración

Oficio de Lecturas

 

SOLEMNIDADES DEL SEÑOR DURANTE EL TIEMPO ORDINARIO

LA SANTÍSIMA TRINIDAD

(DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS)

EL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

DOMINGO DESPUÉS DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD

EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

VIERNES POSTERIOR AL SEGUNDO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

DOMINGO XXXIV DEL TIEMPO ORDINARIO

 

 

 

 

LA SANTÍSIMA TRINIDAD (DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS)

I Vísperas

Laudes Hora intermedia

II Vísperas

 

I Vísperas (Propio)

HIMNO

¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!, la Iglesia nos sumerge en tu misterio;

te confesamos y te bendecimos, Señor, Dios nuestro.

Como un río en el mar de tu grandeza, el tiempo desemboca en hoy eterno,

lo pequeño se anega en lo infinito, Señor, Dios nuestro.

Oh Palabra del Padre, te escuchamos; oh Padre, mira el rostro de tu Verbo;

oh Espíritu de amor, ven a nosotros; Señor, Dios nuestro.

¡Dios mío, Trinidad a quien adoro!, haced de nuestras almas vuestro cielo,

llevadnos al hogar donde tú habitas, Señor, Dios nuestro.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu: Fuente de gozo pleno y verdadero,

al Creador del cielo y de la tierra, Señor, Dios nuestro. Amén.

 

SALMODIA

Ant. 1. Gloria a ti, Trinidad igual, Divinidad única, antes de todos los siglos, ahora y siempre.

Salmo 112

Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor.

Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre:

de la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos.

¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono

y se abaja para mirar al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre,

para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo;

a la estéril le da un puesto en la casa, como madre feliz de hijos.

Ant. Gloria a ti, Trinidad igual, Divinidad única, antes de todos los siglos, ahora y siempre.

Ant. 2. Bendita sea la santa Trinidad e indivisible Unidad; proclamamos que ha tenido misericordia de nosotros.

 

Salmo 147,12-20

Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión:

que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;

ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina.

Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz;

manda la nieve como lana, esparce la escarcha como ceniza;

hace caer el hielo como migajas y con el frío congela las aguas;

envía una orden, y se derriten; sopla su aliento, y corren.

Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel;

con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos.

Ant. Bendita sea la santa Trinidad e indivisible Unidad; proclamamos que ha tenido misericordia de nosotros.

Ant. 3. Gloria y honor a Dios en la unidad de la Trinidad: al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, por todos los siglos.

 

Cántico: Ef 1,3-10

Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo,

que nos ha bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bienes espirituales y celestiales.

Él nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo,

para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor.

Él nos ha destinado en la persona de Cristo,por pura iniciativa suya,

a ser sus hijos, para que la gloria de su gracia,

que tan generosamente nos ha concedido en su querido Hijo, redunde en alabanza suya.

Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de los pecados.

El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su voluntad.

Éste es el plan que había proyectado realizar por Cristo cuando llegase el momento culminante:

recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y de la tierra.

Ant. Gloria y honor a Dios en la unidad de la Trinidad: al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, por todos los siglos.

 

LECTURA BREVE

¡Qué abismo de generosidad, de sabiduría y de conocimiento, el de Dios!

¡Qué insondables sus decisiones y qué irrastreables sus caminos! ¿Quién

conoció la mente del Señor? ¿Quién fue su consejero? ¿Quién le ha dado

primero, para que él le devuelva? Él es el origen, guía y meta del universo. A

él la gloria por los siglos. Amén. (Rm 11,33-36)

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, * Ensalcémoslo por los siglos. Bendigamos.

V/. Al único Dios honor y gloria. * Ensalcémoslo por los siglos. Gloria al Padre. Bendigamos.

 

Magníficat,

ant.: Gracias a ti, oh Dios, gracias a ti, verdadera y una Trinidad, una y suprema Divinidad, una y santa Unidad.

 

PRECES

El Padre, al dar vida por el Espíritu Santo a la carne de Cristo, su Hijo, la hizo

fuente de vida para nosotros. Elevemos, pues, al Dios uno y trino nuestro canto de alabanza:

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Padre, Dios todopoderoso y eterno, envía en nombre de tu Hijo el Espíritu Santo Defensor sobre la Iglesia,

—para que la mantenga en la unidad de la caridad y de la verdad plena.

Manda, Señor, trabajadores a tu mies, para que hagan discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo,

—y les den firmeza en la fe.

Ayuda, Señor, a todos los perseguidos por causa de tu Hijo,

—ya que él prometió que tú les darías el Espíritu de la verdad para que hablara por ellos.

Padre todopoderoso, que todos los hombres reconozcan que tú, con el Verbo y el Espíritu Santo, eres uno,

—para que crean, esperen y amen al Dios único.

Padre de todos los que viven, haz que los difuntos tengan parte en tu gloria,

—en la que tu Hijo y el Espíritu Santo reinan contigo en íntima y eterna unión.

 

Padre nuestro.

 

Oración

Dios, Padre todopoderoso, que has enviado al mundo la Palabra de la

verdad y el Espíritu de la santificación para revelar a los hombres tu admirable

misterio, concédenos profesar la fe verdadera, conocer la gloria de la eterna

Trinidad y adorar su Unidad todopoderosa. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

Invitatorio

Ant. Venid, adoremos al Dios verdadero, uno en la Trinidad y trino en la Unidad.

 

Laudes (D. I)

HIMNO

El Dios uno y trino, misterio de amor, habita en los cielos y en mi corazón.

Dios escondido en el misterio, como la luz que apaga estrellas; Dios que te ocultas a los sabios, y a los pequeños te revelas.

No es soledad, es compañía, es un hogar tu vida eterna, es el amor que se desborda de un mar inmenso sin riberas.

Padre de todos, siempre joven, al Hijo amado eterno engendras, y el Santo Espíritu procede como el Amor que a los dos sella.

Padre, en tu gracia y tu ternura, la paz, el gozo y la belleza, danos ser hijos en el Hijo y hermanos todos en tu Iglesia.

Al Padre, al Hijo y al Espíritu, acorde melodía eterna, honor y gloria por los siglos canten los cielos y la tierra. Amén.

 

SALMODIA

Ant. 1. A ti el honor y el imperio, a ti la gloria y el poder, a ti la alabanza y la aclamación por los siglos de los siglos, oh santa Trinidad.

Los salmos y cántico, del domingo de la semana I

Ant. 2. Todas tus criaturas, oh Trinidad santa, justamente te alaban, te adoran y te glorifican.

Ant. 3. Él es el origen, guía y meta del universo. A él la gloria por los siglos.

 

LECTURA BREVE

Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. (1Co 12,4-6)

 

RESPONSORIO BREVE

R/. A ti la alabanza y la gloria, * Oh santa Trinidad. A ti la alabanza.

V/. A ti la acción de gracias por los siglos de los siglos. * Oh santa Trinidad. Gloria al Padre. A ti la alabanza.

 

Benedictus

ant.: Bendita sea, ahora y por siempre, y por todos los siglos, la santa y única Trinidad, que ha creado y gobierna todas las cosas.

 

PRECES

Llenos de alegría, adoremos y glorifiquemos al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo:

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Padre santo, a nosotros, que no sabemos pedir lo que nos conviene, dígnate darnos el Espíritu Santo,

—para venga en ayuda de nuestra debilidad e interceda por nosotros según tú.

Hijo de Dios, que pediste al Padre que diera a tu Iglesia el Defensor,

—haz que el Espíritu de la verdad estés siempre con nosotros.

Ven, Espíritu Santo, y comunícanos tus frutos: el amor, la alegría, la paz, la comprensión, la servicialidad, la bondad,

—la lealtad, la amabilidad, el dominio de sí, la sobriedad, la castidad.

Padre todopoderoso, que enviaste a nuestros corazones el Espíritu de tu Hijo, que clama: «¡Abba, Padre!»,

—haz que nos dejemos llevar por el Espíritu, para que seamos herederos tuyos y coherederos con Cristo.

Cristo, que enviaste el Defensor, que procede del Padre, para que diera testimonio de ti,

—haz que también nosotros demos testimonio de ti ante los hombres.

 

Padre nuestro.

Oración

Dios, Padre todopoderoso, que has enviado al mundo la Palabra de la verdad y el Espíritu de la santificación para revelar a los hombres tu admirable misterio, concédenos profesar la fe verdadera, conocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar su Unidad todopoderosa. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

Hora intermedia (D. I,)

 

Tercia

Ant. Te invocamos, te alabamos, te adoramos, oh santa Trinidad.

LECTURA BREVE

Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros. Él nos ha ungido, él nos ha sellado, y ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu. (2Co 1,21-22)

V/. Entrad por sus puertas con acción de gracias.

R/. Dad gloria a Dios Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

 

Sexta

Ant. Oh santa Trinidad, tú eres nuestra esperanza, nuestra salvación y nuestro honor.

 

LECTURA BREVE

Envió Dios a su Hijo para que recibiéramos el ser hijos por adopción.

Como sois hijos, Dios envió a vuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama: «¡Abba!» (Padre). (Ga 4,4.5-6)

V/. Oh Trinidad santa, bendita y gloriosa.

R/. Padre, Hijo y Espíritu Santo.

 

Nona

Ant. Confesamos que eres inmutable en el ser, en el existir y en el entender.

 

LECTURA BREVE

La alabanza y la gloria y la sabiduría y la acción de gracias y el honor y el poder y la fuerza son de nuestro Dios, por los siglos de los siglos. Amén. (Ap 7,12)

 

V/. Bendito eres, Señor, en la bóveda del cielo.

R/. A ti honor y alabanza por los siglos.

 

II Vísperas (D. I)

HIMNO, como en las I Vísperas

SALMODIA

Ant. 1. Oh verdadera y eterna Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Salmo 109, 1-5.7

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha,

y haré de tus enemigos estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro:

somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados;

yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza.

Ant. Oh verdadera y eterna Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Ant. 2. Líbranos, sálvanos, vivifícanos, oh santa Trinidad.

 

Salmo 113A

Cuando Israel salió de Egipto, los hijos de Jacob de un pueblo balbuciente,

Judá fue su santuario, Israel fue su dominio.

El mar, al verlos, huyó, el Jordán se echó atrás;

los montes saltaron como carneros; las colinas, como corderos.

¿Qué te pasa, mar, que huyes, y a ti, Jordán, que te echas atrás?

¿Y a vosotros, montes, que saltáis como carneros; colinas, que saltáis como corderos?

En presencia del Señor se estremece la tierra, en presencia del Dios de Jacob;

que transforma las peñas en estanques, el pedernal en manantiales de agua.

Ant. Líbranos, sálvanos, vivifícanos, oh santa Trinidad.

Ant. 3. Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo, el que era y es y viene.

 

Cántico: Cf. Ap 19,1-2.5-7

Aleluya.

La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos.

R/. Aleluya.

Aleluya.

Alabad al Señor, sus siervos todos, los que le teméis, pequeños y grandes.

R/. Aleluya.

Aleluya.

Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo, alegrémonos y gocemos y démosle gracias.

R/. Aleluya.

Aleluya.

Llegó la boda del Cordero, su esposa se ha embellecido.

R/. Aleluya.

Ant. Santo, Santo, Santo es el Señor, soberano de todo, el que era y es y viene.

 

LECTURA BREVE

Esforzaos en mantener la unidad del Espíritu con el vínculo de la paz. Un solo cuerpo y un solo Espíritu, como una sola es la esperanza de la vocación a la que habéis sido convocados. Un Señor, una fe, un bautismo. Un Dios, Padre de todo, que lo trasciende todo, y lo penetra todo, y lo invade todo. (Ef 4,3-6)

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo, * Ensalcémoslo por los siglos. Bendigamos.

V/. Al único Dios honor y gloria. * Ensalcémoslo por los siglos. Gloria al Padre. Bendigamos.

 

Magníficat

ant.: A ti, Dios Padre no engendrado, a ti, Hijo único, a ti, Espíritu santo Defensor, santa e indivisible Trinidad, te confesamos con el corazón y con la boca, te alabamos y te bendecimos; a ti la gloria por los siglos.

 

PRECES

El Padre, al dar vida por el Espíritu Santo a la carne de Cristo, su Hijo, la hizo fuente de vida para nosotros. Elevemos, pues, al Dios uno y trino nuestro canto de alabanza:

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Padre, Dios todopoderoso y eterno, envía en nombre de tu Hijo el Espíritu Santo Defensor sobre la Iglesia,

—para que la mantenga en la unidad de la caridad y de la verdad plena.

Manda, Señor, trabajadores a tu mies, para que hagan discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo,

—y les den firmeza en la fe.

Ayuda, Señor, a todos los perseguidos por causa de tu Hijo,

—ya que él prometió que tú les darías el Espíritu de la verdad para que hablara por ellos.

Padre todopoderoso, que todos los hombres reconozcan que tú, con el Verbo y el Espíritu Santo, eres uno,

—para que crean, esperen y amen al Dios único.

Padre de todos los que viven, haz que los difuntos tengan parte en tu gloria,

—en la que tu Hijo y el Espíritu Santo reinan contigo en íntima y eterna unión.

 

Padre nuestro.

Oración

Dios, Padre todopoderoso, que has enviado al mundo la Palabra de la

verdad y el Espíritu de la santificación para revelar a los hombres tu admirable

misterio, concédenos profesar la fe verdadera, conocer la gloria de la eterna

Trinidad y adorar su Unidad todopoderosa. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

 

EL SANTÍSIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO (DOMINGO DESPUÉS DE LA SANTÍSIMA TRINIDAD)

I Vísperas

Laudes Hora intermedia II Vísperas

I Vísperas (Propio)

HIMNO I

Cantemos al Amor de los amores, cantemos al Señor.

¡Dios está aquí! Venid, adoradores; adoremos a Cristo Redentor.

¡Gloria a Cristo Jesús! Cielos y tierra, bendecid al Señor.

¡Honor y gloria ti, Rey de la gloria; amor por siempre a ti, Dios del amor!

¡Oh Luz de nuestras almas! ¡Oh Rey de las victorias!

¡Oh Vida de la vida y Amor de todo amor!

¡A ti, Señor cantamos, oh Dios de nuestras glorias;

tu nombre bendecimos, oh Cristo Redentor!

¿Quién como tú, Dios nuestro? Tú reinas y tú imperas;

aquí te siente el alma; la fe te adora aquí.

¡Señor de los ejércitos, bendice tus banderas!

¡Amor de los que triunfan, condúcelos a ti! Amén.

II

Que la lengua humana cante este misterio:

la preciosa sangre y el precioso cuerpo.

Quien nació de Virgen Rey del universo,

por salvar al mundo, dio su sangre en precio.

Se entregó a nosotros, se nos dio naciendo de una casta Virgen;

y, acabado el tiempo, tras haber sembrado la palabra al pueblo,

coronó su obra con prodigio excelso.

Fue en la última cena —ágape fraterno—, tras comer la Pascua según mandamiento,

con sus propias manos repartió su cuerpo, lo entregó a los Doce para su alimento.

La Palabra es carne y hace carne y cuerpo con palabra suya lo que fue pan nuestro.

Hace sangre el vino, y, aunque no entendemos, basta fe, si existe corazón sincero.

Adorad postrados este Sacramento. Cesa el viejo rito; se establece el nuevo.

Dudan los sentidos y el entendimiento: que la fe lo supla con asentimiento.

Himnos de alabanza, bendición y obsequio; por igual la gloria y el poder y el reino

al eterno Padre con el Hijo eterno y el divino Espíritu que procede de ellos. Amén.

 

SALMODIA

Ant. 1. El Señor, piadoso y clemente, da alimento a sus fieles en recuerdo de sus maravillas.

 

Salmo 110

Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea.

Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra, su generosidad dura por siempre;

ha hecho maravillas memorables, el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles, recordando siempre su alianza;

mostró a su pueblo la fuerza de su obrar, dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos, todos sus preceptos merecen confianza:

son estables para siempre jamás, se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza,

su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor, tienen buen juicio los que lo practican;

la alabanza del Señor dura por siempre.

 

Ant. El Señor, piadoso y clemente, da alimento a sus fieles en recuerdo de sus maravillas.

Ant. 2. El Señor ha puesto paz en las fronteras de la Iglesia y nos sacia con flor de harina.

 

Salmo 147,12-20

Glorifica al Señor, Jerusalén; alaba a tu Dios, Sión:

que ha reforzado los cerrojos de tus puertas, y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;

ha puesto paz en tus fronteras, te sacia con flor de harina.

Él envía su mensaje a la tierra, y su palabra corre veloz;

manda la nieve como lana, esparce la escarcha como ceniza;

hace caer el hielo como migajas y con el frío congela las aguas;

envía una orden, y se derriten; sopla su aliento, y corren.

Anuncia su palabra a Jacob, sus decretos y mandatos a Israel;

con ninguna nación obró así, ni les dio a conocer sus mandatos.

 

Ant. El Señor ha puesto paz en las fronteras de la Iglesia y nos sacia con flor de harina.

Ant. 3. Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Aleluya.

 

Cántico: Ap 11, 17-18; 12,10b-12a

Gracias te damos, Señor Dios omnipotente, el que eres y el que eras,

porque has asumido el gran poder  y comenzaste a reinar.

Se encolerizaron las gentes, llegó tu cólera,

y el tiempo de que sean juzgados los muertos, y de dar el galardón a tus siervos, los profetas,

y a los santos y a los que temen tu nombre, y a los pequeños y a los grandes, y de arruinar a los que arruinaron la tierra.

Ahora se estableció la salud y el poderío, y el reinado de nuestro Dios, y la potestad de su Cristo;

porque fue precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba ante nuestro Dios día y noche.

Ellos le vencieron en virtud de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio que dieron, y no amaron tanto su vida que temieran la muerte.

Por esto, estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas.

 

Ant. Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Aleluya.

 

LECTURA BREVE

El cáliz de la bendición que bendecimos, ¿no es comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿no es comunión con el cuerpo de Cristo? El pan es uno, y así nosotros, aunque somos muchos, formamos un solo cuerpo, porque comemos todos del mismo pan. (1Co 10,16-17)

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Les dio pan del cielo. * Aleluya, aleluya. Les dio.

V/. El hombre comió pan de ángeles. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Les dio.

 

Magníficat

ant.: ¡Qué bueno es, Señor, tu espíritu! Para demostrar a tus hijos tu ternura, les has dado un pan delicioso bajado del cielo, que colma de bienes a los hambrientos, y deja vacíos a los ricos hastiados.

 

PRECES

Cristo nos invita a todos a su cena, en la cual entrega su cuerpo y su sangre para la vida del mundo. Digámosle:

Cristo, pan celestial, danos la vida eterna.

Cristo, Hijo de Dios vivo, que mandaste celebrar la cena eucarística en memoria tuya,

—enriquece a tu Iglesia con la constante celebración de tus misterios.

Cristo, sacerdote único del Altísimo, que encomendaste a los sacerdotes ofrecer tu sacramento,

—haz que su vida sea fiel reflejo de lo que celebran sacramentalmente.

Cristo, maná del cielo, que haces que formemos un solo cuerpo todos los que comemos del mismo pan,

—refuerza la paz y la armonía de todos los que creemos en ti.

Cristo, médico celestial, que por medio de tu pan nos das un remedio de inmortalidad y una prenda de resurrección,

—devuelve la salud a los enfermos y la esperanza viva a los pecadores.

Cristo, rey venidero, que mandaste celebrar tus misterios para proclamar tu muerte hasta que vuelvas,

—haz que participen de tu resurrección todos los que han muerto en ti.

 

Padre nuestro.

 

Oración

Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas.

Invitatorio

Ant. Venid, adoremos a Cristo, el Señor, que es el pan de la vida.

 

Laudes (D. I)

HIMNO

I

Altar de Dios: el centro de la vida con el Señor en medio de su pueblo,

mesa del pan que a todos nos convida a reunirnos en un mundo nuevo.

Altar de Dios: la fuente de aguas vivas para saciar la sed del universo:

«Que todos sean uno» en Jesucristo, la oración del Señor, su testamento.

Pueblo de Dios, escucha su palabra, que está el Señor presente entre los hombres;

pueblo de Dios, camino de la patria, convoca a la unidad a las naciones.

Venid a la asamblea, de Dios es la llamada, que nadie quede fuera, de todos es la casa.

Miembros de Cristo fieles, y de su amor testigos, pueblo de Dios, de paz sediento y peregrino.

Pueblo de Dios, escucha su palabra, que está el Señor presente entre los hombres;

pueblo de Dios, camino de la patria, convoca a la unidad a las naciones.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Amén.

 

II

Oveja perdida, ven sobre mis hombros, que hoy

no sólo tu pastor soy, sino tu pasto también.

Por descubrirte mejor cuando balabas perdida,

dejé en un árbol la vida donde me subió el amor;

si prenda quieres mayor, mis obras hoy te la den.

Pasto, al fin, hoy tuyo hecho, ¿cuál dará mayor asombro,

o al traerte yo en el hombro o al traerme tú en el pecho?

Prenda son de amor estrecho que aún los más ciegos las ven.

 

SALMODIA

Ant. 1. Con manjar de ángeles alimentaste a tu pueblo, proporcionándole pan desde el cielo. Aleluya.

Los salmos y cántico, del domingo de la semana I

Ant. 2. Sacerdotes consagrados ofrecen a Dios incienso y pan. Aleluya.

Ant. 3. Al que salga vencedor le daré maná escondido y un nombre nuevo. Aleluya.

 

LECTURA BREVE

Del oriente al poniente es grande entre las naciones mi nombre; en todo lugar ofrecerán incienso y sacrificio a mi nombre, una ofrenda pura, porque es grande mi nombre entre las naciones —dice el Señor de los ejércitos—. (Mt 1,11)

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Sacas pan de los campos. * Aleluya, aleluya. Sacas.

V/. Y vino que alegra el corazón del hombre. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Sacas.

 

Benedictus

ant.: Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Aleluya.

 

PRECES

Imploremos, hermanos, a Jesucristo, que es el pan de la vida, diciéndole jubilosos:

Dichoso el que coma en el banquete de tu reino, Señor.

Cristo, sacerdote de la alianza nueva y eterna, que en el ara de la cruz ofreciste al Padre el sacrificio perfecto,

—enséñanos a ofrecerlo junto contigo.

Cristo, altísimo rey de paz y de justicia, que consagraste el pan y el vino como signo de tu propia oblación,

—haz que sepamos ofrecernos junto contigo.

Cristo, verdadero adorador del Padre, cuya ofrenda pura ofrece la Iglesia del oriente al poniente,

—junta en la unidad de tu cuerpo a los que alimentaste con un mismo pan.

Cristo, maná bajado del cielo, que nutres a la Iglesia con tu cuerpo y sangre,

—haz que caminemos con la fuerza de este alimento.

Cristo, huésped invisible de nuestro convite, que estás a la puerta llamando,

—ven a nosotros, para que podamos comer juntos.

 

Padre nuestro.

Oración

Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios  de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas.

 

Hora intermedia (D. I,)

Tercia

Ant. He deseado enormemente comer esta comida pascual con vosotros, antes de padecer. Aleluya.

 

LECTURA BREVE

A tu pueblo, Señor, lo alimentaste con manjar de ángeles, proporcionándole gratuitamente, desde el cielo, pan a punto, de mil sabores, a gusto de todos. (Sb 16,20)

 

V/. Me acercaré al altar de Dios. Aleluya.

R/. Recibiré a Cristo, que es mi alegría. Aleluya.

Sexta

Ant. Durante la cena, Jesús cogió pan, pronunció la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos. Aleluya.

 

LECTURA BREVE

La sabiduría se ha construido su casa plantando siete columnas, ha preparado el banquete, mezclado el vino y puesto la mesa. (Pr 9,1-2)

V/. Les diste pan del cielo. Aleluya.

R/. Que contiene en sí todo deleite. Aleluya.

 

Nona

Ant. Reconocieron al Señor Jesús al partir el pan. Aleluya.

LECTURA BREVE

Los hermanos eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones, alabando a Dios; eran bien vistos de todo el pueblo. (Hch 2,42.47)

V/. Quédate con nosotros, Señor. Aleluya.

R/. Porque atardece. Aleluya.

 

II Vísperas (Propio)

HIMNO, como en las I Vísperas

SALMODIA

Ant. 1. Cristo, el Señor, sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec, ofreció pan y vino.

 

Salmo 109, 1-5.7

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha,

y haré de tus enemigos estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro:

somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados;

yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:

«Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza.

 

Ant. Cristo, el Señor, sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec, ofreció pan y vino.

Ant. 2. Alzaré la copa de la salvación y ofreceré un sacrificio de alabanza.

 

Salmo 115,10-19

Tenía fe, aun cuando dije: «¡Qué desgraciado soy!»

Yo decía en mi apuro: «Los hombres son unos mentirosos.»

¿Cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

Alzaré la copa de la salvación, invocando su nombre.

Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo.

Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles.

Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor.

Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo,

en el atrio de la casa del Señor, en medio de ti, Jerusalén.

 

Ant. Alzaré la copa de la salvación y ofreceré un sacrificio de alabanza.

 

Ant. 3. Señor, tú eres el camino, la verdad y la vida del mundo.

Cántico: Cf. Ap 19,1-2.5-7

Aleluya.

La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos.

R/. Aleluya.

Aleluya.

Alabad al Señor, sus siervos todos, los que le teméis, pequeños y grandes.

R/. Aleluya.

Aleluya.

Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo, alegrémonos y gocemos y démosle gracias.

R/. Aleluya.

Aleluya.

Llegó la boda del Cordero, su esposa se ha embellecido.

R/. Aleluya.

Ant. Señor, tú eres el camino, la verdad y la vida del mundo.

 

LECTURA BREVE

Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó pan y, pronunciando la acción de gracias, lo partió y dijo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía.» Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: «Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que lo bebáis, en memoria mía.» (1Co 11,23-25)

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Les dio pan del cielo. * Aleluya, aleluya. Les dio.

V/. El hombre comió pan de ángeles. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. Les dio.

 

Magníficat

ant.: ¡Oh sagrado banquete, en que Cristo es nuestra comida, se celebra el memorial de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da la prenda de la gloria futura! Aleluya.

 

PRECES

Cristo nos invita a todos a su cena, en la cual entrega su cuerpo y su sangre para la vida del mundo. Digámosle:

Cristo, pan celestial, danos la vida eterna.

Cristo, Hijo de Dios vivo, que mandaste celebrar la cena eucarística en memoria tuya,

—enriquece a tu Iglesia con la constante celebración de tus misterios.

Cristo, sacerdote único del Altísimo, que encomendaste a los sacerdotes ofrecer tu sacramento,

—haz que su vida sea fiel reflejo de lo que celebran sacramentalmente.

Cristo, maná del cielo, que haces que formemos un solo cuerpo todos los que comemos del mismo pan,

—refuerza la paz y la armonía de todos los que creemos en ti.

Cristo, médico celestial, que por medio de tu pan nos das un remedio de inmortalidad y una prenda de resurrección,

—devuelve la salud a los enfermos y la esperanza viva a los pecadores.

Cristo, rey venidero, que mandaste celebrar tus misterios para proclamar tu muerte hasta que vuelvas,

—haz que participen de tu resurrección todos los que han muerto en ti.

 

Padre nuestro.

Oración

Oh Dios, que en este sacramento admirable nos dejaste el memorial de tu pasión, te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y reinas.

 

 

EL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS (VIERNES POSTERIOR AL SEGUNDO DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS)

I Vísperas

Laudes

Hora intermedia

II Vísperas

 

I Vísperas (Propio)

HIMNO

Mi Cristo, tú no tienes la lóbrega mirada de la muerte.

Tus ojos no se cierran: son agua limpia donde puedo verme.

Mi Cristo, tú no puedes cicatrizar la llaga del costado:

un corazón tras ella noches y días me estará esperando.

Mi Cristo, tú conoces la intimidad oculta de mi vida.

Tú sabes mis secretos: te los voy confesando día a día.

Mi Cristo, tú aleteas con los brazos unidos al madero.

¡Oh valor que convida a levantarse puro sobre el suelo!

Mi Cristo, tú sonríes cuando te hieren, sordas, las espinas.

Si mi cabeza hierve, haz, Señor, que te mire y te sonría.

Mi Cristo, tú que esperas mi último beso darte ante la tumba.

También mi joven beso descansa en ti de la incesante lucha. Amén.

 

SALMODIA

Ant. 1. Con amor eterno nos ha amado Dios; por eso, al ser elevado sobre la tierra, nos ha atraído hacia su corazón, compadeciéndose de nosotros.

 

Salmo 112

Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor.

Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre:

de la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos.

¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono

y se abaja para mirar al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre,

para sentarlo con los príncipes, los príncipes de su pueblo;

a la estéril le da un puesto en la casa, como madre feliz de hijos.

 

Ant. Con amor eterno nos ha amado Dios; por eso, al ser elevado sobre la tierra, nos ha atraído hacia su corazón, compadeciéndose de nosotros.

Ant. 2. Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso.

 

Salmo 145

Alaba, alma mía, al Señor:

alabaré al Señor mientras viva,

tañeré para mi Dios mientras exista.

No confiéis en los príncipes,

seres de polvo que no pueden salvar;

exhalan el espíritu y vuelven al polvo,

ese día perecen sus planes.

Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,

el que espera en el Señor, su Dios,

que hizo el cielo y la tierra,

el mar y cuanto hay en él;

que mantiene su fidelidad perpetuamente,

que hace justicia a los oprimidos,

que da pan a los hambrientos.

El Señor liberta a los cautivos,

el Señor abre los ojos al ciego,

el Señor endereza a los que ya se doblan,

el Señor ama a los justos.

El Señor guarda a los peregrinos,

sustenta al huérfano y a la viuda

y trastorna el camino de los malvados.

El Señor reina eternamente,

tu Dios, Sión, de edad en edad.

 

Ant. Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso.

Ant. 3. Yo soy el buen Pastor, que apaciento mis ovejas y doy mi vida por ellas.

 

Cántico: Ap 4,11;5,9.10.12

Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;

y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes,y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria, y la alabanza.

 

Ant. Yo soy el buen Pastor, que apaciento mis ovejas y doy mi vida por ellas.

 

LECTURA BREVE

Cristo amó a su Iglesia. Él se entregó a sí mismo por ella, para consagrarla, purificándola con el baño del agua y la palabra, y para colocarla ante sí gloriosa, la Iglesia, sin mancha ni arruga ni nada semejante, sino santa e inmaculada. (Ef 5,25b-27)

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Cristo nos amó y nos ha librado * Por su sangre. Cristo.

V/. Nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre. * Porsu sangre. Gloria al Padre. Cristo.

 

Magníficat

ant.: He venido a prender fuego en el mundo: ¡Ojalá estuviera ya ardiendo!

 

PRECES

Invoquemos, hermanos, a Jesús, que es nuestro descanso, y pidámosle:

Rey amantísimo, ten piedad de nosotros.

Jesús, de tu corazón traspasado por la lanza salió sangre y agua, dando así nacimiento a tu esposa, la Iglesia;

—haz que sea santa e inmaculada.

Jesús, templo sagrado de Dios, destruido por los hombres y levantado de nuevo por el Padre,

—haz que la Iglesia sea verdadera morada del Altísimo.

Jesús, rey y centro de todos los corazones, que nos amas con amor eterno y nos atraes hacia ti, compadecido de nosotros,

—renueva tu alianza con los hombres.

Jesús, paz y reconciliación nuestra, que hiciste las paces entre los hombres, uniéndolos en un solo hombre nuevo, y mediante la cruz diste muerte al odio,

—haz que podamos acercarnos al Padre.

Jesús, vida y resurrección nuestra, alivio de los que están agobiados, en quien encontramos nuestro descanso,

—atrae hacia ti a los pecadores.

Jesús, que, por el gran amor con que nos amaste, te sometiste incluso a la muerte de cruz,

—resucita a todos los que han muerto en paz contigo.

 

Padre nuestro.

 

Oración

Dios todopoderoso, al celebrar la solemnidad del Corazón de tu Hijo unigénito, recordamos los beneficios de su amor para con nosotros concédenos recibir de esta fuente divina una inagotable abundancia de gracia.

Por nuestro Señor Jesucristo.

 

Invitatorio

Ant. Venid, adoremos al Corazón de Jesús, herido por nuestro amor.

 

Laudes (D. I)

HIMNO

Hoy, para rondar la puerta

de vuestro santo costado,

Señor, un alma ha llegado

de amores de un muerto muerta.

Asomad el corazón,

Cristo, a esa dulce ventana,

oiréis de mi voz humana

una divina canción.

Muerto estáis, por eso os pido

el corazón descubierto,

para perdonar despierto,

para castigar dormido.

Si decís que está velando

cuando vos estáis durmiendo,

¿quién duda que estáis oyendo

a quien os canta llorando?

Y, aunque él se duerma, Señor,

el amor vive despierto;

que no es al amor el muerto,

¡vos sois el muerto de amor!

Que, si la lanza, mi Dios,

el corazón pudo herir,

no pudo el amor morir,

que es tan vida como vos.

Anduve de puerta en puerta

cuando a vos no me atreví;

pero en ninguna pedí

que la hallase tan abierta.

Pues, como abierto os he visto,

a Dios quise entrar por vos:

que nadie se atreve a Dios

sin poner delante a Cristo.

Y aun éste, lleno de heridas,

porque sienta el Padre eterno

que os cuestan, Cordero tierno,

tanta sangre nuestras vidas.

Gloria al Padre omnipotente,

gloria al Hijo redentor,

gloria al Espíritu Santo:

tres personas, sólo un Dios. Amén.

 

SALMODIA

Ant. 1. Jesús, en pie, gritaba: «El que tenga sed, que venga a mí y beba.»

Los salmos y cántico, del domingo de la semana I

Ant. 2. Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré.

Ant. 3. Hijo, dame tu corazón, y tus ojos guarden mis caminos.

 

LECTURA BREVE

Así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días —oráculo del Señor—: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. (Jr 31,33)

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Cargad con mi yugo. * Y aprended de mí. Cargad.

V/. Que soy manso y humilde de corazón. * Y aprended de mí. Gloria al Padre. Cargad.

 

Benedictus

ant.: Por su entrañable misericordia, nos ha visitado Dios y ha redimido a su pueblo. Aleluya.

 

PRECES

Invoquemos, hermanos, a Jesús, que es manso y humilde de corazón, y pidámosle:

Rey amantísimo, ten piedad de nosotros.

Jesús, en quien habita toda la plenitud de la divinidad,

—haz que participemos del mismo ser de Dios.

Jesús, en quien están encerrados todos los tesoros del saber y el conocer,

—haznos conocer, mediante la Iglesia, la multiforme sabiduría de Dios.

Jesús, hijo amado y predilecto del Padre,

—haz que escuchemos siempre tus palabras.

Jesús, de cuya plenitud todos hemos recibido,

—danos con abundancia la gracia y la verdad del Padre.

Jesús, fuente de vida y santidad,

—haznos santos e irreprochables por el amor.

 

Padre nuestro.

 

Oración

Dios todopoderoso, al celebrar la solemnidad del Corazón de tu Hijo unigénito, recordamos los beneficios de su amor para con nosotros; concédenos recibir de esta fuente divina una inagotable abundancia de gracia.

Por nuestro Señor Jesucristo.

 

Hora intermedia (D. I,)

Salmodia complementaria.

Tercia

Ant. Pueblo mío, ¿qué te hice o en qué te molesté? Respóndeme.

LECTURA BREVE

Así dice el Señor: «Halló gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada; camina Israel a su descanso, el Señor se le apareció de lejos. Con amor eterno te amé, por eso prolongué mi misericordia. Todavía te construiré, y serás reconstruido.» (Jr 31,2-4)

V/. Sacaréis aguas con gozo.

R/. De las fuentes del Salvador.

 

Sexta

Ant. Se me rompe el corazón en el pecho, se me dislocan todos los huesos.

LECTURA BREVE

Haré con ellos alianza eterna, y no cesaré de hacerles bien. Pondré en sus corazones mi temor, para que no se aparten de mí. (Jr 32,40)

V/. Espero compasión, y no la hay.

R/. Consoladores, y no los encuentro.

 

Nona

Ant. Uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.

 

LECTURA BREVE

La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. ¡Con cuánta más razón, pues, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos del castigo! (Rm 5,8-9)

V/. Fue traspasado por nuestras rebeliones.

R/. Sus cicatrices nos curaron.

 

 

II Vísperas (Propio)

HIMNO, como en las I Vísperas

SALMODIA

Ant. 1. Somete, Señor, a tus enemigos con tu yugo llevadero.

 

Salmo 109, 1-5.7

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza.

 

Ant. Somete, Señor, a tus enemigos con tu yugo llevadero.

Ant. 2. El Señor es piadoso y clemente, él da alimento a sus fieles.

 

Salmo 110

Doy gracias al Señor de todo corazón, en compañía de los rectos, en la asamblea.

Grandes son las obras del Señor, dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra, su generosidad dura por siempre;

ha hecho maravillas memorables, el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles, recordando siempre su alianza;

mostró a su pueblo la fuerza de su obrar, dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos, todos sus preceptos merecen confianza:

son estables para siempre jamás, se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo, ratificó para siempre su alianza, su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor, tienen buen juicio los que lo practican;

la alabanza del Señor dura por siempre.

 

Ant. El Señor es piadoso y clemente, él da alimento a sus fieles.

Ant. 3. Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

 

Cántico: Flp 2,6-11

Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios;

al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;

de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble  en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame:

Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

 

Ant. Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.

 

LECTURA BREVE

Dios, rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, estando nosotros muertos por los pecados, nos ha hecho vivir con Cristo —por pura gracia estáis salvados—, nos ha resucitado con Cristo Jesús y nos ha sentado en el cielo con él. Así muestra a las edades futuras la inmensa riqueza de su gracia, su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. (Ef 2,4-7)

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Cristo nos amó y nos ha librado * Por su sangre. Cristo.

V/. Nos ha convertido en un reino y hecho sacerdotes de Dios, su Padre. * Por su sangre. Gloria al Padre. Cristo.

 

Magníficat

ant.: Nos acogió el Señor en su seno y en su corazón, acordándose de la misericordia. Aleluya.

 

PRECES

Invoquemos, hermanos, a Jesús, que es nuestro descanso, y pidámosle:

Rey amantísimo, ten piedad de nosotros.

Jesús, de tu corazón traspasado por la lanza salió sangre y agua, dando así nacimiento a tu esposa, la Iglesia;

—haz que sea santa e inmaculada.

Jesús, templo sagrado de Dios, destruido por los hombres y levantado de nuevo por el Padre,

—haz que la Iglesia sea verdadera morada del Altísimo.

Jesús, rey y centro de todos los corazones, que nos amas con amor eterno y nos atraes hacia ti, compadecido de nosotros,

—renueva tu alianza con los hombres.

Jesús, paz y reconciliación nuestra, que hiciste las paces entre los hombres, uniéndolos en un solo hombre nuevo, y mediante la cruz diste muerte al odio,

—haz que podamos acercarnos al Padre.

Jesús, vida y resurrección nuestra, alivio de los que están agobiados, en quien encontramos nuestro descanso,

—atrae hacia ti a los pecadores.

Jesús, que, por el gran amor con que nos amaste, te sometiste incluso a la muerte de cruz,

—resucita a todos los que han muerto en paz contigo.

 

Padre nuestro.

 

Oración

Dios todopoderoso, al celebrar la solemnidad del Corazón de tu Hijo unigénito, recordamos los beneficios de su amor para con nosotros; concédenos recibir de esta fuente divina una inagotable abundancia de gracia.

Por nuestro Señor Jesucristo.

 

 

JESUCRISTO, REY DEL UNIVERSO

DOMINGO XXXIV DEL TIEMPO ORDINARIO

I Vísperas Laudes Hora intermedia II Vísperas

I Vísperas (Propio)

HIMNO

Oh Príncipe absoluto de los siglos, oh Jesucristo, Rey de las naciones:

te confesamos árbitro supremo de las mentes y de los corazones.

Oh Jesucristo, Príncipe pacífico, somete a los espíritus rebeldes,

y haz que encuentren rumbo los perdidos, y que en un solo aprisco se congreguen.

Para eso pendes de una cruz sangrienta y abres en ella tus divinos brazos;

para eso muestras en tu pecho heridotu ardiente corazón atravesado.

Glorificado seas, Jesucristo, que repartes los cetros de la tierra;

y que contigo y con tu eterno Padre glorificado el Paráclito sea. Amén.

 

SALMODIA

Ant. 1. Será llamado Rey de paz, y su trono se mantendrá firme por toda la eternidad.

 

Salmo 112

Alabad, siervos del Señor, alabad el nombre del Señor.

Bendito sea el nombre del Señor, ahora y por siempre:

de la salida del sol hasta su ocaso, alabado sea el nombre del Señor.

El Señor se eleva sobre todos los pueblos, su gloria sobre los cielos.

¿Quién como el Señor, Dios nuestro, que se eleva en su trono y se abaja para mirar al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para sentarlo con los príncipes,los príncipes de su pueblo;

a la estéril le da un puesto en la casa, como madre feliz de hijos.

 

Ant. Será llamado Rey de paz, y su trono se mantendrá firme por toda la eternidad.

Ant. 2. Su reino será eterno, y todos los soberanos lo temerán y se le someterán.

 

Salmo 116

Alabad al Señor, todas las naciones, aclamadlo, todos los pueblos.

Firme es su misericordia con nosotros, su fidelidad dura por siempre.

Ant. Su reino será eterno, y todos los soberanos lo temerán y se le someterán.

Ant. 3. A Cristo le ha sido dado poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán para siempre.

 

Cántico: Ap 4,11;5,9.10.12

Eres digno, Señor, Dios nuestro, de recibir la gloria, el honor y el poder, porque tú has creado el universo; porque por tu voluntad lo que no existía fue creado.

Eres digno de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre compraste para Dios hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación;

y has hecho de ellos para nuestro Dios un reino de sacerdotes, y reinan sobre la tierra.

Digno es el Cordero degollado de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fuerza, el honor, la gloria, y la alabanza.

 

Ant. A Cristo le ha sido dado poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán para siempre.

 

LECTURA BREVE

Dios resucitó a Cristo de entre los muertos y lo sentó a su derecha en el cielo, por encima de todo principado, potestad, fuerza y dominación, y por encima de todo nombre conocido, no sólo en este mundo, sino en el futuro. Y todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo. Ella es su cuerpo, plenitud del que lo acaba todo en todos. (Cf. Ef 1,20-23)

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Tuyos son, Señor, la grandeza y el poder. * Tú eres rey y soberano de todo. Tuyos.

V/. Tú eres Señor del universo. * Tú eres rey. Gloria al Padre. Tuyos.

 

Magníficat

ant.: El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Aleluya.

 

PRECES

Oremos, hermanos, a Cristo Rey, que es anterior a todo, y en quien todo se mantiene unido, y pidamos: Venga a nosotros tu reino, Señor.

Cristo, rey y pastor nuestro, congrega a tus ovejas de entre los pueblos

—y apaciéntalas en ricos pastizales y en fértiles dehesas.

Guía y salvador nuestro, reúne a todos los hombres en un solo pueblo; cura a los enfermos, busca a los que se han perdido, guarda a los fuertes,

—llama a los alejados, recoge a los descarriados, alienta a los desanimados.

Juez eterno, cuando devuelvas a Dios Padre tu reino, ponnos a tu derecha

—y haz que heredemos el reino preparado para nosotros desde la creación del mundo.

Príncipe de la paz, quebranta las armas de la guerra

—y anuncia la paz a las naciones.

Heredero de las naciones, haz entrar a la humanidad, con todo lo bueno que tiene, en el reino de tu Iglesia, que el Padre ha puesto en tus manos,

—para que todos, unidos en el Espíritu Santo, te reconozcamos como nuestra cabeza.

Cristo, primogénito de entre los muertos y el primer resucitado de entre ellos,

—admite a los difuntos en la gloria de tu reino.

 

Padre nuestro.

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, haz que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te glorifique sin fin. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

Invitatorio

Ant. Venid, adoremos a Jesucristo, Rey de reyes.

 

Laudes (D. I)

HIMNO

Oh Jesucristo, Redentor de todos, que, antes de que la luz resplandeciera,

naciste de tu Padre soberano con la gloria semejante a la paterna.

Tú que eres luz y resplandor del Padre y perpetua esperanza de los hombres,

escucha las palabras que tus siervos elevan hasta ti de todo el orbe.

La tierra, el mar, el cielo y cuanto existe bajo la muchedumbre de sus astros

rinden tributo con un canto nuevo a quien la nueva salvación nos trajo.

Y nosotros, los hombres, los que fuimos lavados con tu sangre sacratísima,

celebramos también, con nuestros cantos y nuestras alabanzas, tu venida.

Gloria sea al divino Jesucristo, que nació de tan puro y casto seno,

y gloria igual al Padre y al Espíritu por infinitos e infinitos tiempos. Amén.

 

SALMODIA

Ant. 1. Mirad el varón que se llama Germen; se sentará en su trono para reinar y anunciará la paz a las naciones.

Los salmos y cántico, del domingo de la semana I

Ant. 2. Se mostrará grande hasta los confines de la tierra; y éste será nuestra paz.

Ant. 3. El Señor le dio poder real y dominio: todos los pueblos, naciones y lenguas lo respetarán.

 

LECTURA BREVE

Realizando la verdad en el amor, hagamos crecer todas las cosas hacia él, que es cabeza: Cristo, del cual todo el cuerpo, bien ajustado y unido a través de todo el complejo de junturas que lo nutren, actuando a la medida de cada parte, se procura el crecimiento del cuerpo, para construcción de sí mismo en el amor. (Ef 4,15-16)

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Tus santos, Señor, * Confiesen la gloria de tu reino. Tus santos.

V/. Y proclamen tu poder. * Confiesen. Gloria al Padre. Tus santos.

 

Benedictus

ant.: El primogénito de entre los muertos y príncipe de los reyes de la tierra nos ha convertido en un reino para Dios, su Padre. Aleluya.

 

PRECES

Oremos, hermanos, a Cristo Rey, que es anterior a todo, y en quien todo se mantiene unido, y pidamos:

Venga a nosotros tu reino, Señor.

 Cristo salvador, tú que eres nuestro Dios y Señor, nuestro rey y pastor, congrega a tus ovejas de entre los pueblos

—conduce a tu pueblo hacia los pastos de vida.

Buen Pastor, que diste tu vida por las ovejas,

—guíanos, y nada nos faltará.

Redentor nuestro, que has sido establecido rey sobre toda tierra,

—haz que sean recapituladas en ti todas las cosas.

Rey del universo, que viniste al mundo para ser testigo de la verdad,

—haz que todos los hombres reconozcan tu absoluta primacía.

Modelo y Maestro nuestro, que nos has trasladado a tu reino,

—haznos hoy santos, sin mancha y sin reproche en tu presencia.

 

Padre nuestro.

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, haz que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te glorifique sin fin. Por nuestro Señor Jesucristo.

 

Hora intermedia (D. I,)

Tercia

Ant. El Señor nos gobierna, el Señor nos da leyes, el Señor es nuestro rey, él es nuestra salvación.

 

LECTURA BREVE

Damos gracias a Dios Padre, que nos ha hecho capaces de compartir la herencia del pueblo santo en la luz. Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas, y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido. (Col 1,12-13)

V/. El Señor se sienta como rey eterno.

R/. El Señor bendice a su pueblo con la paz.

 

Sexta

Ant. Brotarán aguas de vida de Jerusalén, y el Señor reinará sobre todo el orbe.

 

LECTURA BREVE

Todo fue creado por él y para él. Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. (Col 1,16b-18)

V/. Tocad para nuestro rey, tocad.

R/. Porque es el rey del mundo.

 

Nona

Ant. Se dilatará su principado, con una paz sin límites.

 

LECTURA BREVE

En él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz. (Col 1,19-20)

V/. Aclamad al rey y señor.

R/. Que llega para regir la tierra.

 

II Vísperas (Propio)

HIMNO, como en las I Vísperas

SALMODIA

Ant. 1. Se sentará para siempre sobre el trono de David y sobre su reino. Aleluya.

 

Salmo 109, 1-5.7

Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies.»

Desde Sión extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados;

yo mismo te engendré, como rocío, antes de la aurora.»

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:

«Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.»

El Señor a tu derecha, el día de su ira, quebrantará a los reyes.

En su camino beberá del torrente, por eso levantará la cabeza.

Ant. Se sentará para siempre sobre el trono de David y sobre su reino. Aleluya.

Ant. 2. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad.

 

Salmo 144,1-13a

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; bendeciré tu nombre por siempre jamás.

Día tras día te bendeciré y alabaré tu nombre por siempre jamás.

Grande es el Señor, merece toda alabanza, es incalculable su grandeza;

una generación pondera tus obras a la otra, y le cuenta tus hazañas.

Alaban ellos la gloria de tu majestad, y yo repito tus maravillas;

encarecen ellos tus temibles proezas, y yo narro tus grandes acciones;

difunden la memoria de tu inmensa bondad, y aclaman tus victorias.

El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad;

el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas.

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles;

que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas;

explicando tus hazañas a los hombres, la gloria y majestad de tu reinado.

Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad.

 

Ant. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad.

Ant. 3. En la capa y en el muslo lleva escrito un título: «Rey de reyes y Señor de señores.» A él corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos.

 

Cántico: Cf. Ap 19,1-2.5-7

Aleluya.

La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos.

R/. Aleluya.

Aleluya.

Alabad al Señor, sus siervos todos, los que le teméis, pequeños y grandes.

R/. Aleluya.

Aleluya.

Porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño de todo, alegrémonos y gocemos y démosle gracias.

R/. Aleluya.

Aleluya.

Llegó la boda del Cordero, su esposa se ha embellecido.

R/. Aleluya.

Ant. En la capa y en el muslo lleva escrito un título: «Rey de reyes y Señor de señores.» A él corresponden la gloria y el poder por los siglos de los siglos.

 

LECTURA BREVE

Cristo tiene que reinar hasta que Dios haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte. Porque Dios ha sometido todo bajo sus pies. Pero, al decir que lo ha sometido todo, es evidente que excluye al que le ha sometido todo. Y, cuando todo esté sometido, entonces también el Hijo se someterá a Dios, al que se lo había sometido todo. Y así Dios lo será todo para todos. (1Co 15,25-28)

 

RESPONSORIO BREVE

R/. Tu trono, oh Dios, * Permanece para siempre. Tu trono.

V/. Cetro de rectitud es tu cetro real. * Permanece. Gloria al Padre. Tu trono.

 

Magníficat

ant.: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra», dice el Señor.

 

PRECES

Oremos, hermanos, a Cristo Rey, que es anterior a todo, y en quien todo se mantiene unido, y pidamos:

Venga a nosotros tu reino, Señor.

Cristo, rey y pastor nuestro, congrega a tus ovejas de entre los pueblos

—y apaciéntalas en ricos pastizales y en fértiles dehesas.

Guía y salvador nuestro, reúne a todos los hombres en un solo pueblo; cura a los enfermos, busca a los que se han perdido, guarda a los fuertes,

—llama a los alejados, recoge a los descarriados, alienta a los desanimados.

Juez eterno, cuando devuelvas a Dios Padre tu reino, ponnos a tu derecha

—y haz que heredemos el reino preparado para nosotros desde la creación del mundo.

Príncipe de la paz, quebranta las armas de la guerra

—y anuncia la paz a las naciones.

Heredero de las naciones, haz entrar a la humanidad, con todo lo bueno que tiene, en el reino de tu Iglesia, que el Padre ha puesto en tus manos,

—para que todos, unidos en el Espíritu Santo, te reconozcamos como nuestra cabeza.

Cristo, primogénito de entre los muertos y el primer resucitado de entre ellos, —admite a los difuntos en la gloria de tu reino.

 

Padre nuestro.

Oración

Dios todopoderoso y eterno, que quisiste fundar todas las cosas en tu Hijo muy amado, Rey del universo, haz que toda la creación, liberada de la esclavitud del pecado, sirva a tu majestad y te glorifique sin fin. Por nuestro Señor Jesucristo.

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