[Índice]
• Salmo II
[Latín]
Antífona
Cantemos el himno de los tres jóvenes, el que los santos cantaban en el horno encendido alabando al Señor (T.P. Aleluya).
Cántico de los tres Jóvenes (Dan 3,57-88 et 56)
1. Bendecid al Señor, todas las obras del Señor: alabadle y ensalzadle por siempre.
2. Bendecid, cielos, al Señor, bendecid al Señor, ángeles del Señor.
3. Bendecid al Señor todas las aguas que hay sobre los cielos: bendiga todo poder al Señor.
4. Bendecid al Señor, sol y luna: estrellas del cielo, bendecid al Señor.
5. Bendecid al Señor, toda la lluvia y el rocío: todos los vientos, bendecid al Señor.
6. Bendecid al Señor, el fuego y el calor: frío y calor, bendecid al Señor.
7. Bendecid al Señor, rocíos y escarchas: hielo y frío, bendecid al Señor.
8. Bendecid al Señor, hielos y nieves: noches y días, bendecid al Señor.
9. Bendecid al Señor, luz y tinieblas: rayos y nubes, bendecid al Señor.
10. Bendiga la tierra al Señor: alábele y ensálcele para siempre.
11. Bendecid al Señor; montes y collados: todas las cosas que germinan en la tierra, bendecid al Señor.
12. Bendecid al Señor, mares y ríos; fuentes, bendecid al Señor.
13. Bendecid al Señor, ballenas y todo lo que vive en el mar: todas las aves del cielo, bendecid al Señor.
14. Bendecid al Señor, todos los animales y ganados: bendecid, hijos de los hombres, al Señor.
15. Bendice, Israel al Señor: alabadle y ensalzadle por siempre.
16. Bendecid al Señor, sacerdotes del Señor: bendecid al Señor, siervos del Señor.
17. Bendecid al Señor, espíritus y almas de los justos: santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
18. Bendecid al Señor, Ananías, Azarías y Misael: alabadle y ensalzadle para siempre.
19. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo: alabémosle y ensalcémosle para siempre.
20. Bendito eres en el firmamento del cielo: y loable y glorioso por siempre.
Aquí no se dice Gloria ni Amén.
Salmo 150
1. Alabad al Señor en su santuario: alabadle en su augusto firmamento.
2. Alabadle por sus grandiosas obras: alabadle por su inmensa majestad.
3. Alabadle con sones de trompetas: alabadle con salterio y cítara.
4. Alabadle tañendo tímpanos y cantando a coro: alabadle con instrumentos de cuerda y voces de órgano.
5. Alabadle con címbalos resonantes: alabadle con címbalos de alegría: todo espíritu alabe al Señor.
Gloria al Padre...
Antífona
Cantemos el himno de los tres jóvenes, el que los santos cantaban en el horno encendido alabando al Señor (T.P. Aleluya).
Todos se ponen de pie y quien dirige el rezo dice:
V/. Señor, ten piedad. Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.
Padre nuestro...
V/. No nos dejes caer en la tentación.
R/. Y líbranos del mal.
V/. Que te alaben, Señor, todas tus obras.
R/. Y que tus santos te bendigan.
V/. Se regocijarán los santos en la gloria.
R/. Y se alegrarán en sus moradas.
V/. No a nosotros, Señor, no a nosotros.
R/. Sino a tu nombre da la gloria.
V/. Señor, escucha mi oración.
R/. Y que llegue a ti mi clamor.
Los sacerdotes añaden:
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
Oración:
Oh Dios, que mitigaste las llamas del fuego para los tres jóvenes, concédenos benignamente a tu siervos que no nos abrase la llama de los vicios.
Te rogamos, Señor, que prevengas nuestras acciones con tu inspiración y que las acompañes con tu ayuda, para que así toda nuestra oración y obra comience siempre en ti, y por ti se concluya.
Danos Señor, te pedimos, poder apagar las llamas de nuestros vicios. Tú que le concediste a san Lorenzo vencer el fuego que le atormentaba. Por Cristo nuestro Señor.
R/. Amén.
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[Latín]
Antífona
Su reinado es sempiterno; y todos los reyes le servirán y le acatarán. (T.P. Aleluya)
1. ¿Por qué se han amotinado las naciones, y los pueblos meditaron cosas vanas?
2. Se han levantado los reyes de la tierra, y se han reunido los príncipes contra el Señor y contra su Cristo.
3. Rompamos, dijeron, sus ataduras, y sacudamos lejos de nosotros su yugo.
4. El que habita en los cielos se reirá de ellos, se burlará de ellos el Señor.
5. Entonces les hablará en su indignación, y los llenará de terror con su ira.
6. Mas yo constituí mi rey sobre Sión, mi monte santo.
7. Predicaré su decreto. A mí me ha dicho el Señor: “Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy.
8. Pídeme, y te daré las naciones en herencia, y extenderé tus dominios hasta los confines de la tierra.
9. Los regirás con vara de hierro, y como a vasija de alfarero los romperás”.
10. Ahora, pues, ¡oh reyes!, entendedlo bien: dejaos instruir, los que juzgáis la tierra.
11. Servid al Señor con temor, y ensalzadle con temblor santo.
12. Abrazad la buena doctrina, no sea que al fin se enoje, y perezcáis fuera del camino, cuando, dentro de poco, se inflame su ira. Bienaventurados serán los que han puesto en Él su confianza.
13. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
14. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona
Su reinado es sempiterno; y todos los reyes le servirán y le acatarán. (T.P. Aleluya)
V/. Señor, escucha mi oración.
R/. Y llegue a ti mi clamor.
Los sacerdotes añaden:
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
Oremos:
Omnipotente y sempiterno Dios, que en tu amado Hijo, Rey universal, quisiste instaurarlo todo: concédenos propicio que todos los pueblos, disgregados por la herida del pecado, se sometan a su suavísimo imperio: que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos.
R/. Amén.
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[Latín]
Himno de Santo Tomás de Aquino
1. Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto verdaderamente bajo estas apariencias. A Ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al contemplarte.
2. Al juzgar de Ti, se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta el oído para creer con firmeza; creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta Palabra de verdad.
3. En la Cruz se escondía sólo la Divinidad, pero aquí también se esconde la Humanidad; creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió el ladrón arrepentido.
4. No veo las llagas como las vio Tomás pero confieso que eres mi Dios: haz que yo crea más y más en Ti, que en Ti espere y que te ame.
5. ¡Oh Memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que das vida al hombre: concede a mi alma que de Ti viva y que siempre saboree tu dulzura.
6. Señor Jesús, bondadoso Pelícano, límpiame a mí, inmundo, con tu Sangre, de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero.
7. Jesús, a quien ahora veo escondido, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro ya no oculto, sea yo feliz viendo tu gloria. Amén.
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[Latín]
Antífona
Gloria a ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre. (T.P. Aleluya).
1. Todo el que quiera salvarse, es preciso ante todo que profese la fe católica:
2. Pues quien no la observe íntegra y sin tacha, sin duda alguna perecerá eternamente.
3. Y ésta es la fe católica: que veneremos a un solo Dios en la Trinidad santísima y a la Trinidad en la unidad.
4. Sin confundir las personas, ni separar la sustancia.
5. Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo.
6. Pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una sola divinidad, les corresponde igual gloria y majestad eterna.
7. Cual es el Padre, tal es el Hijo, tal el Espíritu Santo.
8. Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo.
9. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo.
10. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo.
11. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno.
12. De la misma manera, no tres increados, ni tres inmensos, sino un increado y un inmenso.
13. Igualmente, omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo.
14. Y, sin embargo, no tres omnipotentes, sino un omnipotente.
15. Del mismo modo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios.
16. Y, sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios.
17. Así, el Padre es Señor, el Hijo es Señor, el Espíritu Santo es Señor.
18. Y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor.
19. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a creer que cada persona es Dios y Señor, la religión católica nos prohíbe que hablemos de tres Dioses o Señores.
20. El Padre no ha sido hecho por nadie, ni creado, ni engendrado.
21. El Hijo procede solamente del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado.
22. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente.
23. Por tanto hay un solo Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos.
24. Y en esta Trinidad nada hay anterior o posterior, nada mayor o menor: pues las tres personas son coeternas e iguales entre sí.
25. De tal manera que, como ya se ha dicho antes, hemos de venerar la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad.
26. Por tanto, quien quiera salvarse, es necesario que crea estas cosas sobre la Trinidad.
27. Pero para alcanzar la salvación eterna es preciso también creer firmemente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo.
28. La fe verdadera consiste en que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre.
29. Es Dios, engendrado de la misma sustancia que el Padre, antes del tiempo; y hombre, engendrado de la sustancia de su Madre santísima en el tiempo.
30. Perfecto Dios y perfecto hombre: que subsiste con alma racional y carne humana.
31. Es igual al Padre según la divinidad; menor que el Padre según la humanidad.
32. El cual, aunque es Dios y hombre, no son dos Cristos, sino un solo Cristo.
33. Uno, no por conversión de la divinidad en cuerpo, sino por asunción de la humanidad en Dios.
34. Uno absolutamente, no por confusión de sustancia, sino en la unidad de la persona.
35. Pues como el alma racional y el cuerpo forman un hombre; así, Cristo es uno, siendo Dios y hombre.
36. Que padeció por nuestra salvación: descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos.
37. Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre todopoderoso: desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
38. Y cuando venga, todos los hombres resucitarán con sus cuerpos, y cada uno rendirá cuentas de sus propios hechos.
39. Y los que hicieron el bien gozarán de vida eterna, pero los que hicieron el mal irán al fuego eterno.
40. Esta es la fe católica, y quien no la crea fiel y firmemente no se podrá salvar.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
Antífona
Gloria a ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre. (T.P. Aleluya).
V/. Señor, escucha mi oración.
R/. Y llegue a ti mi clamor.
Los sacerdotes añaden:
V/. El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
Oración:
Oh Dios todopoderoso y eterno, que con la luz de la verdadera fe diste a tus siervos conocer la gloria de la Trinidad eterna, y adorar la Unidad en el poder de tu majestad: haz, te suplicamos, que, por la firmeza de esa misma fe, seamos defendidos siempre de toda adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo. Dios, por todos los siglos de los siglos.
R/. Amén.
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